El cucubano negro entre los dedos con un sol de tarde en el fundillo... fuego de largo o café posillo... el calenton, un respiro, el pulmon... el intelecto, la razon... la nutela en la suela del zapato vestida del aroma favorito... sería un delito, no besarnos como el capitulo siete de Rayuela...sería un delito, no saborearnos como la comida de abuela... se ameritan espuelas para rayarnos la tela en la espalda... para dibujarte de rojo mi palma en la nalga... pellizcar la G de tu garganta debajo del ombligo con el gemido de Verdi en Aida como testigo... contigo en el pico con el dulce de tu nectar en el hocico, predico el abecedario, practico con el sabio paladar el paraiso oral de los labios... no hay despedida sin haber venido... al naufragio no hay vuelta sin haberse ido al presagio... y no hay tela si el alfiler pellizca el hilo contrario al filo del acto, el tacto entre la palma, la piel la calma y la miel de saliva que sangra tu alma en el pacto del hueco exacto para mi llavero de presiones... penetraciones en combinaciones entre suspiros, rasguños y sermones de malas intenciones... puntos de exclamaciones en los parrafos de las sabanas, oraciones de viernes y fin de semanas... el sol en la ventana imposible de ganas como ayer pudo haber sido que tengan el nido de la mañana y el anochecer de ellos que es nosotros que no se van hasta que vengan... si aun no han venido...
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