martes, 29 de noviembre de 2011

El hombre en la sombra...

Al vestirse de seda la mona se keda esperando en la cera el toque de queda y mientras pueda molestar tendra que inventar como dibujarse en la pared morirse de sed hasta que lo trate de usted...

No es para menos el temple que trastoca el vientre y escupe chispa entre los diente... Entre el cenicero que parece ser a veces usado por peces en la orilla del que merece... Para ese es que crece el trece en el doce por goce que desvanece en las nueces y perece de ese que es entre momento no entre meses...

Se estruja entre la brea oscura y se dibuja la ceniza que entre la bruja hechiza la negra pelinegra el humo de la misa camina por el ladrillo tobillo a tobillo savedra hecha el brujo oscuro por el lujo gris de su embrujo y el buho despierto en la hoja se enoja de  aquel concierto de abeja que picaba la queja rechinaba la oveja y como de costumbre pasaba aquel en pesadumbre con dolor en la ubre que ni alumbra la penumbra y sin alfombra dormia aquel hombre en la sombra...

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